En los capítulos 4 y 5 de la
quinta temporada de “La Corona” (The Crown), se trata un tema que para
los suramericanos y en especial para los argentinos es espinoso: La Guerra de
las Malvinas. Y decir Malvinas ya evidencia mi posición. La ultraconservadora
Margaret Thatcher llegó a la cabeza del gabinete británico como primera
ministra luego de que su partido ganara las elecciones. Junto a Reagan, fueron quienes
representaron durante la década de los ochenta la toma conservadora del poder
en las dos cabezas, la británica mucho más pequeña pero muy influyente gracias
a la figura de la Corona, del mundo anglosajón y Estados Unidos la primera
potencia mundial.
Pero, ¿qué tan conservadores eran Thatcher y Reagan?.
Lo eran tanto que rompieron con algunos de los valores conservadores de los
partidos a los que representaban. Conservadores en lo político, de los que se
oponen al aborto, de los que aman la monarquía, de los que resaltan el rol
tradicional de la mujer, persiguen a los homosexuales y a los migrantes y creen
que el hombre blanco es superior a todos. Pues si, incluso Margarita Thatcher así
lo creía. Y sin embargo, al mismo tiempo liberales. ¿Como? Pues si, liberales económicos,
de esos que nunca leyeron y siempre citaron, mal por supuesto, a Adam Smith. Pero
que iba a leer libros Reagan si era un mero actor que representaba discursos convincentemente
con la cara amada del vaquero (cowboy) que mata indios y le dictaba Wall Street.
En menos de tres años de gobierno
de Thatcher había arrojado a la calle a tres millones de personas que
engrosaban ese ejercito de reserva del que hablaba Marx: los desempleados. Las
huelgas, las bombas del Ejercito Republicano Irlandés que había matado con una
de ellas al padrastro del rey consorte, y el reemplazo en el gabinete de
algunos ministros conservadores que se oponían a los recortes, tenían tambaleando
el gobierno de esa fascista a la que algunos llamaron la dama de hierro. Es
decir, y guardando las proporciones algo muy similar a lo que pasaba con la
tambaleante dictadura argentina encabezada por el borracho y sanguinario criminal
Galtieri.
Pero volvamos a “La Corona”. Según
The Crown¸ varios miembros del gabinete de Thatcher se oponían a llevar
una guerra con Argentina. Algunas de las evidentes razones que no menciona la
serie radican en que después de la segunda guerra mundial, la independencia de India
y de muchos países Africanos, el Reino Unido ya no era mas que una sombra de lo
que fue y permanecía atento a los dictados que la nación de las barras y las
estrellas le diera, como siguen haciendo torpe y obstinadamente hasta hoy en día.
Muy a regañadientes, estaban en la entonces Comunidad Económica Europea, pero
estos liberales económicos no se tragan su propio cuento y desde los setenta estaban
pugnando por escapar del tratado que los unía a Europa, con la mira puesta en
el gran imperio que ya no eran.
Los argumentos de aquellos
personajes del gobierno en contra son: el geográfico, movilizar una
flota por 13.000 kilómetros hasta el atlántico sur podía y puede incluso hoy
demorar semanas. El costo del que se habla en la seria era de 3.000
millones de libras de la época, un enorme presupuesto para un país que acaba de
echar tres millones de personas a la calle. Hoy 3.000 millones de libras parece
que las tiene cualquier hijo de reina en su cuenta, pero olvidamos que la
inflación también azoto al primer mundo: Esta suma hace cerca de cuarenta años era
gigantesca, cualquier Bill Gates sentiría que su patrimonio se incrementaría mucho
si hoy tuviera esa suma ajustada a valores actuales. Y, por último, la
posibilidad de que esta decadente potencia no fuera capaz de vencer a la
Argentina.
De hecho, si un borracho y un
grupo de fascistas cobardes que no sabían plantarle cara a un ejercito armado
sino a personas indefensas, no hubiesen dirigido la guerra, Argentina muy
probablemente la habría ganado. Veamos por qué. Los valientes fascistas
argentinos evitaron ir a la guerra y en cambio enviaron jóvenes reclutas,
muchos de ellos provenientes del norte del país, de provincias como Tucumán en
donde una nevada es un hecho histórico por lo raro. Los enviaron a pelear sin
apenas entrenamiento a un conjunto de islas muy cercanas al polo sur y donde
incluso en verano las temperaturas permanecen por debajo de los diez grados. Y
no los enviaron en verano, estaba terminado el invierno que en el sur es mas
largo y llega incluso hasta abril, justo cuando desembarco el Ejercito
Argentino en las islas. Si la Argentina hubiese usado un poco mas de recursos y
sobre todo utilizado mejor los aviones de su Fuerza Aérea se habría impuesto.
La perdida de la guerra fue
determinante para la caída de la dictadura, y la victoria en la guerra propicio
que la primera ministra que en los primeros años se veía tambaleante se
afianzara en su puesto por mas de una década. En medio del desespero por las
medidas económicas de Thatcher un hombre irrumpió el 9 de julio de 1982 en el
dormitorio de la reina. Este hecho histórico no parece importante, no hay
evidencia de que hubiesen hablado de algún tema que fuese notable para la
nación inglesa o el mismo reino unido, aunque si para Michael Fagan: el abandono
de su esposa.
Pero la serie, hace notable este
evento con el siguiente dialogo:
Flagan: … - acudo a usted, la
jefa de Estado. Es mi ultima esperanza. Usted sí puede hacer algo
Elizabeth: - ¿Qué espera que
haga?
Flagan: -Que nos salve de
ella.
Elizabeth: - ¿De quién?
Flagan: -De Thatcher. Esta
destruyendo el país. Hay más de tres millones de desempleados. El peor número
desde la Gran Depresión. ¿No le molesta?
Elizabeth: -Me molesta mucho,
pero personalmente no hay nada que pueda yo hacer. Después de tanto tiempo en
este cargo, sé lo rápido que pueda cambiar la fortuna de una nación. Desempleo,
recesión, crisis, guerra. Todo eso suele corregirse solo. Los países se recuperan,
lo gente lo hace también.
Flagan: -Eso pensaba yo. Que
me recuperaría. Pero no fue así. Primero me quede sin trabajo. Luego sin
autoestima. Luego sin el amor de mi esposa. Y ahí empecé a pensar: ¿A dónde se
fue todo? No solo la autoestima o la felicidad, sino…. Ahora dicen que tengo
problemas mentales. Pero no, solo soy pobre.
Elizabeth: -El Estado puede
ayudarlo
Flagan: -¿Cuál Estado? El
estado se fue. Ella lo desmanteló junto con todo lo que nos daba seguridad de niños:
la sensación de comunidad, de ayudar al otro, la solidaridad, todo desapareció.
Elizabeth: -Me parece que
exagera. La gente aun es generosa y paga sus impuestos al Estado.
Flagan: -Y ella se gasta todo
en una guerra innecesaria y anuncia que volvemos a estar bien. Mientras tanto,
todo lo que, si nos hizo sentir bien, como el derecho a trabajar, a estar
enfermos, a ser viejos, a ser frágiles, a ser humanos…. Eso se perdió. (La
mala traducción no es mi culpa, es culpa de Netflix, aunque no pude aguantar la
tentación de corregirlos un poco)
Previamente Fagan le había dicho
a la reina, que no es normal hacerle reverencia a persona alguna. Y cuando ella
le echo en cara porque entraba en propiedad privada, el le dijo que el palacio
era propiedad pública. ¡Cuánta lucidez!
Pero volviendo al tema y para
concluir. La oposición de los ministros británicos a la guerra de Las Malvinas
estaba fundada, además, porque se sabe que la propia Gran Bretaña había pensado
entregar las Malvinas a Argentina, pues en aquel momento a diferencia de hoy
era una costosa y lejana colonia que producía poco o ningún beneficio. Hoy las
Malvinas son estratégicas por los recursos naturales que ahí bajo ella y por el
acceso a la Antártida que da. Por eso no solo el Reino Unido sino la OTAN la
cuidan tanto. Galtieri creía con algún fundamento, que si Gran Bretaña ya
estaba considerando devolver las islas podría invadirlas sin reacción del Reino
Unido. No contaba con que su contraparte se encontraba en una situación socio política
desesperada, casi tan desesperada como la que la brutal dictadura argentina
provocaba, lo que no es de extrañar, pues después de todo las dictaduras de
Argentina, Chile, Brasil y las democracias de Estados Unidos y el Reino Unido
fueron y siguen siendo todas dictaduras del mercado.