viernes, 14 de noviembre de 2014

¿Cómo vivir en un barrio rico de Bogotá? … (siendo pobre)

¿Cómo vivir en un barrio rico de Bogotá? … (siendo pobre) I. ¿Cómo vivir feliz en un barrio rico de Bogotá? Las claves para vivir feliz en un barrio rico de Bogotá siendo pobre son tres: Ser blanco, ser bogotano de abolengo y ser rico. Estos requisitos son quimeras que nadie cumple: los verdaderos ricos bogotanos viven en Europa y Estados Unidos o en las afueras de Bogotá en mansiones. Así que ello indica que mucha de la felicidad de vivir en un barrio rico depende de las apariencias. Para ser aceptado en un barrio rico de Bogotá hay que cumplir dos requisitos insoslayables: Ser blanco y ser bogotano. Si no se cumplen esos requisitos podrás ser soportado pero no aceptado. Siempre dirán a tus espaldas que eres un levantado y hasta un manteco como le pasa al presidente Uribe y jamás te invitaran a sus cocteles de alta sociedad pues allí no se acepta a quien no sea blanco, bogotano de abolengo y rico. Para ser soportado en un barrio rico de Bogotá y tratado en aparentes términos de igualdad hay que pretender ser blanco y ser bogotano. Pretender ser blanco es sencillísimo porque en Colombia casi no hay blancos, no en balde al llegar los españoles empezaron a decirnos chinos e indios y nos clasificaron como raza cobriza. Los pocos blancos que hay son de origen español y ya sabemos que en el viejo continente se referían a la Península Ibérica como la Europa Negra. Así que nadie se salva, todos tenemos de negro, de moro, de indio un poco o mucho, pero la clave es negarlo porque nuestra ascendencia bogotano-española exige siempre la prueba de la pureza racial y el bogotano blanco es un pretendido español que tuvo la desgracia de nacer en América (del Sur). Pretender ser bogotano es más sencillo aún. Solo tienes que simular el acento, pero es clave adaptarlo según la edad. Si eres joven estará bien visto utilizar los chascarrillos joviales de la gente del común y las nuevas expresiones de la vieja televisión mexicana como chanfle y chavo, pero nada mejor que usar palabras en inglés y de manera preferente hablar en inglés en presencia de cualquier pobretón. Pero si ya eres un “adulto mayor” conviene que recuerdes que debes ser no un simple pretendido bogotano, porque podrían tildarte de rolo (bogotano pobre), sino un Cachaco y en ese caso deberás empezar cada oración con Ala, v. gr. “Ala mi chino” para referirse a un subalterno y utilizar en todos los momentos posibles expresiones como “ah carachas…” Y referirte a la gente como “cachifo”. Ya sabemos algo de lo referido a las apariencias. Pero al ser un pobre que vive en un barrio rico hay muchos problemas prácticos que resolver que dependen de la carestía de dichos barrios. No te aflijas: por décadas ha vivido gente pobre en barrios ricos y han aparentando riqueza exitosamente. La Clave son las apariencias, las tarjetas de crédito y ser bueno para aguantar hambre. II. Problemas Prácticos. La ropa. Contrario a lo que uno se podría imaginar el norte de Bogotá está lleno de sitios donde comprar barato. Hay multitud de negocios que ofrecen cosas a veces a mejores precios y con peor calidad que San Victorino: así que no te preocupes. En Bogotá es fácil conseguir ropa buena para guardar apariencias. Al fin de al cabo un Yves Saint Laurent comprado de oferta en Falabella por ciento cincuenta mil pesos puede hacerte lucir también como un traje exclusivo. El carro. Nada más sencillo. Eres ecologista, apoyas el transporte público, las caminatas y amas la ciclo ruta. ¡Quieres salvar el planeta! La comida. Aún el Norte de Bogotá hay Éxito, Olímpica y otros supermercados de pobre, pero si ni siquiera te alcanza la plata para ir allí encontraras también tiendas de barrio que fían con cuaderno y todo. Los ricos compran allí y entonces entenderás porque siempre usan enormes gafas negras y se tapan la cara con bufanda como si estuvieran en el norte de Europa. Haz lo mismo. Si dispones de cien mil pesos o más puedes ir a buscar un nunca muy lejano Surtimax que te vende los mismos productos de Carulla en los jueves de mil y volver en taxi a tu casa y aún así habrás ahorrado un “jurgo”. Los restaurantes. En el norte de Bogotá existen diversas maneras de comer barato. Esencial es llevar siempre las gafas negras y la bufanda requerida. No hay que ir muy lejos. En los Olímpica venden todos los días almuerzo de menos de $5.000 y aunque que te toca hacer fila y te sirven peor que un comedor comunitario en platos de icopor y con cubiertos de plástico, podrás si alguien te descubre comiendo en eso decir que el plástico es más higiénico. Es clave sin embargo que aunque te encuentres a otros “ricos” durante tu almuerzo no los saludes para no que no pases vergüenzas ni se las hagas pasar a ellos. En cualquier caso ellos fingirán no conocerte. Las vacaciones. El peor al que va un rico bogotano es Cartagena. Casi es pecado decir que se conoce otro lugar de Colombia e incluso de Latinoamérica. Así que aunque pases tus vacaciones en Melgar o encerrado jugando Xbox, di que estuviste en Paris, Londres o Nueva York. Quizás te acepten nombrar Cancún y siempre será bien visto que vayas a Miami. Si quieres justificar una ida a Cuzco debes posar de hippie. Nunca vayas a Venezuela, Ecuador o Cuba. Se fino, elegante siempre y piadoso con los pobres. No los trates mal, pues esos piojosos son peligrosos y así y con mil trucos e inventos podrás ser un feliz pobre que exitosamente se haga pasar por rico. O por lo menos crea que lo logro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario